De repente, me duele el hombro!
El hombro, o la que en anatomía llamamos la articulación glenohumeral es una articulación que en los humanos se ha adaptado a nuestra forma de vida: necesitando que fuera fuerte pero a la vez gozando de un rango de movimiento muy alto. Para apreciar la diferencia, puedes comparar por ejemplo como se mueve tu rodilla con el movimiento que tiene tu hombro!
Para conseguir todo este movimiento, el hombro tenía que ser una articulación con una fijación muscular en vez de articular y esta estabilidad la obtiene por un grupo muscular llamado el manguito rotador. Este grupo muscular está compuesto por 4 músculos (el subescapular, el supraespinoso, el infraespinoso y el redondo menor) y sus respectivas tendones. En cualquier movimiento que hagamos con el hombro, este grupo muscular trabaja para mantener el hombro en su sitio y es justo por eso que es un grupo muscular que suele sufrir bastante especialmente en forma de inflamación de sus tendones en las inserciones dentro de la articulación.
La inflamación de estos tejidos puede llegar a ser el principio de algo que en su vertiente más avanzada se transforma en una lesión más complicada y más deshabilitante: La Capsulitis adhesiva o el «hombro congelado».
El dolor asociado con la Capsulitis se caracteriza por «venir de repente». El paciente no lo asocia con una caída, un sobreesfuerzo, o cualquier otra actividad que pueda haber causado una lesión de tal calibre. Las quejas principales del paciente suelen ser las siguientes:
- Dolor agudo abrochando el sujetador. El dolor obliga a abrocharlo por delante.
- Dolor agudo durante el secado de la espalda
- Dolor agudo al intentar coger algo de un armario alto, colgar la ropa con cuerdas altas o limpiando cristales.
Los procesos inflamatorios de cualquier tejido relacionado con el hombro causa una fibrosis de la capsula y esas fibras adicionales son los que no permiten el movimiento normal del hombro sin que eso sea con un dolor muy agudo. ¿Porque se nota el dolor? Porque moviendo el hombro estarías rompiendo esas fibras que no deberían estar allí.
Y es justo por eso que decimos a nuestros pacientes con Capsulitis adhesiva que cualquier dolor que noten es bueno y forma parte del autotratamiento de la lesión. El Fisioterapeuta prescribe una serie de ejercicios que están pensados justo para superar poco a poco esa barrera de movilidad rompiendo esas fibras que sobran. Es una lesión donde no hay que tener miedo al dolor. Es más, sin dolor, aquí si que no conseguimos la meta del tratamiento.
Buscar ayuda a tiempo es importante, por eso aquí un listado de banderas rojas que no se deberían dejar pasar sin hablar con un Fisioterapeuta:
- Dolor de hombro en la cama. Cuesta mucho encontrar la postura indolora.
- Dolor al apoyarse encima del hombro afectado.
- Dolor intenso al poner la mano detrás de la espalda.
- Dolor intenso al poner la mano detrás de la cabeza.
La Capsulitis adhesiva es un problema progresivo, es decir, que empieza siendo poca cosa, y poco a poco la cosa irá agravándose. Por eso, es muy importante buscar tratamiento a tiempo. Si sospechas que puedes estar sufriendo de «hombro congelado» no dudes en ponerte en contacto con tu Fisioterapeuta para una valoración.
Colegiado nº 3867
Diplomado en Fisioterapia por la Universidad de Malta. Master de osteopatía por la Universidad de Alcalá de Henares